En ocasiones, estamos tan metidos en el problema que  no  conseguimos aclararnos o ver   posibles  soluciones  alternativas.

El “problema” nos tiene atrapados, no vemos salida. Nuestra cabeza no para de dar vueltas, no conseguimos dormir, nos sentimos angustiados  y la capacidad creativa para buscar una solución disminuye. Parece que todo nuestro día a día gira entorno a ese problema. ¿Reconoces la sensación?  ¿Te ha pasado alguna vez?

Por un lado, lo  hacemos más grande por toda la atención que le prestamos.

Comparto con vosotros un ejercicio muy útil, aplicado a esas situaciones que nos encontramos como en un callejón sin salida. Vamos a aprender a ver el problema desde el faro, subidos a uno. Así amplificaremos nuestra mirada, viendo “más allá” , teniendo una visión más global.

Piensa en el problema que se te plantea e imagina que estás  “subid@  a un faro”. Si puedes, recomiendo que en la medida de lo posible, puedas subirte a una altura (silla, sofá, escalera, etc. de esta manera conseguirás cierta “altura” y,  podrás conectar de manera más real, con esa sensación.

Desde ahí arriba, “mira” con mente abierta y despejada. Muestra actitud de sorpresa,  y sal al encuentro de lo que está ahí para ti, que aun no has visto, pero que desde la posición que ahora adquieres, ves de manera más clara.

Desde esta  nueva óptica…  ¿Qué ves ahora? ¿Cómo percibes el problema desde ahí? ¿Qué  tamaño tiene ahora el problema¿ ¿Qué has descubierto ahora que antes no veías?  ¿Cómo  te sientes ahora?

Te animo a que lo pongas en práctica, y comentes cualquier aportación que consideres necesaria.

PD, Si además al problema le llamas reto, tu percepción sobre la situación, vuelve a cambiar. Haz la prueba.

Solo es posible avanzar, cuando se mira lejos. ( Ortega y Gasset)

Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.