Hace unos días  viajé  con mi familia a la playa … Qué bien me ha sentado. Desconectar, para volver a conectar! Fabuloso!

¿Te gusta viajar?

Muchas son las ocasiones que describo un proceso de coaching como un viaje.

Un viaje hacia la vida. Pero sobre todo, un viaje hacia el interior. Un viaje que tiene presente (ahora) y tiene destino (futuro). Donde es importante fijar el lugar donde queremos ir (o el objetivo que perseguimos). Un viaje del que cada uno de nosotros es el protagonista y llevamos consigo nuestro propio equipaje (fortalezas, miedos, emociones, creencias, etc.). Donde el coach es el guía del viaje. Que te acompaña a lo largo del camino, ofreciéndote mapas, atajos,  brújulas, nuevas gafas, pico y pala, etc. Al fin y al cabo, herramientas que te ayuden a hacer del viaje un proceso más consciente, más pleno y placentero.

Es este caso, comparto con vosotr@s una de esas herramientas que en ocasiones, utilizo con mis coachees, y al que yo también recurro de manera frecuente.

La herramienta se llama PASAJEROS DEL AUTOBUS, y la conocí a través de uno de los libros de la doctora Ruth A. Baer, profesora de Psicología en la Universidad de Kentucky, doctora en psicología clínica con larga experiencia profesional e investigadora internacional reconocida.

Es una herramienta creativa que se apoya en ejercicios de visualización, y que proporciona otra manera de entender el enfoque consciente de los pensamientos y emociones que bloquean y/o entorpecen “nuestro viaje” , pero también de aquellos que nos ayudan a seguir avanzando y recorriendo camino!.

 

Ponte cómodo, lee y si te animas, sigue y realiza la práctica:

 

Imagina que conduces un autobús. Te diriges hacia tu destino: (el destino será tu propio objetivo, elige!). Lo tienes que imaginar con total claridad y concreción.

Imagina que tus pensamientos y emociones son los pasajeros del autobús. Y están sentados en la parte de atrás-¿Puedes verlos? ¿Los reconoces? ¿Quiénes son? Ponles nombres. ¿Qué te dicen?

Escúchalos porque te están gritando cosas. Son palabras que oyes cada vez más fuerte. Son frases que ya te han dicho otras muchas veces, ¿no? ¿Cuáles son?

  Sientes que puede que las voces de los pasajeros tengan razón, pero aun así quieres llegar a tu destino. Una parte de ti quiere intentarlo. Adelante.

Con toda esa fuerza interior que tienes, y tus ganas por conseguir llegar a tu destino, para ahora mismo el autobús. Ve decidid@ a la parte trasera y pídeles que se callen. Hazlo.

 No están fácil ¿verdad? Ellos no callan. Llevan mucho (demasiado) tiempo haciéndolo. Gritando. Ocupando el autobús. ¿Cómo te sientes?

 Ellos están dominando el autobús. Se sienten fuertes y seguros allí dentro. No se van a marchar.

Además, te estás dando cuenta, que el autobús hace tiempo que no se mueve.

No estás yendo hacia tu destino. Estas parado.

 …Pero quieres continuar el viaje. Deseas llegar a tu destino. Sabes todo lo bueno que allí te espera, y todos los beneficios que tendrás. Así que díselo a los pasajeros.

Pide silencio y díselo de nuevo. Hazte oír.

Te das cuenta que para avanzar necesitas que te escuchen. ¿Qué les vas a decir?   Dilo. Cuéntales todo lo que quieras. Ahora es el momento.  Comienzan a escucharte.

Tras tu discurso. Dirígete hacia el asiento del conductor, y reanuda la marcha hacia donde tú has elegido. Hacia donde hace tiempo quiere estar.

Enhorabuena! ¿Cómo te sientes ahora? ¿Oyes las voces ahora?

¿Qué conclusiones obtienes de la práctica que has realizado?

¿Qué aplicación tiene en tu vida diaria?

Con lo que sabes, ¿Qué vas a empezar a hacer?


Los pensamientos y emociones ocupan nuestra mente. A veces no queremos oírlos pero ellos más nos gritarán. Nos controlan y nos dominan. Nos limitan y bloquean.

Esos pasajeros son experiencias anteriores y ya no pueden modificarse. Pero TÚ decides y construyes tu futuro.

¿Sabes? Esos pensamientos, también son parte de ti. Sólo debes parar y oírlos. Escucharlos. La clave estará en aceptarlos. Porque como hemos visto, si los ignoras o los rechazas, se harán más fuertes, te minarán y te controlarán.

Si tienes un propósito en mente, si deseas algo con fuerza, ellos te entenderán. Te hablaran más bajito para que puedas continuar. Incluso cuando se sientan integrados y aceptados, sus voces te servirán para aconsejarte y/ o advertirte de algo. Desde la aceptación te cuidan y te protegen.

 

“…Muestra tu gratitud a quien quieraquellegue,

Porque todos te han sido enviados

Como guías desde el más allá”

(Rumi, poeta persa. Siglo XIII) .

 

Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.