Desde nuestro autoliderazgo, tenemos a nuestro alcance la posibilidad de mejorar como profesionales cada día. Asumamos la responsabilidad y llevémosla a cabo.
Las tres habilidades clave que te ayudarán a relanzar tu liderazgo están sacadas de las ideas clave de Marshall Godsmith para potenciar nuestra competencia como profesionales:
- Humildad: Entendida como la habilidad para pedir y escuchar opiniones e ideas. Despojándote del ego y enfocándote en mejorar. Sobre todo aquellos puntos ciegos de los que apenas eres consciente. Mirarte en los ojos de otros es un reflejo que te hace consciente de tus aéreas de mejora. Pedir feedback al menos una vez al mes, es una herramienta poderosa para ir alcanzando la excelencia como profesionales.
- Valentía: El coraje para asumir aquello que de manera constructiva los demás te comentan que puedes mejorar. La valentía te impulsa hacia la acción de poder implantarlas, de superar obstáculos y orientarte hacia tu objetivo.
- Disciplina: esta es clave para introducir en tu día a día las acciones orientadas a conseguir el logro de resultados. Pensar, planificar, y practicar la incorporación del hábito cada día hasta que lo hayas integrado plenamente.
¿Qué puntuación del 1 al 10 te puntuarías en cada una de ellas? ¿Cuál es aquella que te resultaría más fácil?, ¿ y la más complicada?…
Piensa en cada una de ellas. Recuerda algún momento donde estuvieran presentes y tú te sientas orgulloso/a de cómo las honraste.
Todos estamos llamados a actuar desde la voluntad, por eso la vida nos hace LÍDERES a cada uno de nosotros (XavierMarcet)
¿Cómo poner en práctica las habilidades de liderazgo?
Detente unos minutos a pensar en aquella conducta que quieras incorporar, o aquella habilidad que necesitas mejorar, o practicar más. Por ejemplo; aumentar mi capacidad de paciencia cuando realizo una acción y espero respuesta.
La Humildad
Pasa por reconocer que es algo que tienes mejorar porque impacta en ti de alguna manera. Recuerda situaciones es las que has sido impaciente ¿Qué has pensado? ¿Qué has sentido? ¿Qué pensamientos has tenido? A qué personas a afectado tu comportamiento? Haciendo honor a esta habilidad, debes hablar con las personas cercanas que te conocen y/o han colaborado contigo, y pregúntalas cómo es tu actitud y tu comportamiento, cuando, por ejemplo en este caso, pierdes la paciencia.
La respuesta puedes pedirla directamente hablado, llamando por telefóno o a través de un mensaje o mail del tipo… “Hola……. me he propuesto como objetivo mejorar mi paciencia para conseguir ………., agradecería que me ayudarás con tu opinión, diciéndome en qué momentos has notado impaciencia en mí, y cómo he reaccionado en esas situaciones.
Cuánto más detallado lo escribas, más me ayudará. Muchas gracias tu respuesta, es importante para mí. “
La Valentía
Lee, escucha y anota lo que te dicen. Intenta no responder de manera agresiva, ni desde una emoción negativa, si lo que lees no te gusta. Recuerda que lo has pedido voluntariamente y que son personas que te están ayudando a crecer.
No debatas ni discutas. No te lo tomes de manera personal, sólo están opinando sobre un comportamiento. Haz un ejercicio sólo de recibir y agradecer.
La Disciplina
Con toda la información recibida, quizá haya algo en común, o no. Tu labor importante, ahora, es elegir qué nueva rutina o hábito vas a diseñar e implementar que en este caso, aumente la paciencia ante un determinado hecho que antes te irritaba.
Ve poco a poco. Escoge un hábito y aplícalo en el momento elegido. Practica y practica. Puedes pedir ayuda a alguien cercano, si crees que vas a necesitar. Practica, y mejorar. Anota los avances y progresos, o si te estancas, pide igualmente ayuda para seguir.
¿Cómo potenciar estas habilidades de liderazgo dentro de un equipo de trabajo?
Como líder de equipo dentro de una organización tienes también en tu poder de generar la mejora continua de tus colaboradores, ¿De qué manera?, A través del Feedback 360º es un sistema de evaluación del desempeño laboral.
- Pide a tus colaboradores que escojan entre 3 y 12 personas de la organización que tengan relación con su trabajo, que te digan aquellas cosas que haces muy bien y deberías mantener, las que necesitan mejorar, y aquellas que deberías eliminar… (El número de persona dependerá del tamaño de la organización).
- Pídeles que los escojan ellos, así será más fácil que atiendan y acepten sus opinión. Y, la condición es que estén representados todos los roles; compañeros, jefes, etc.
- Las opiniones deben proporcionarse con intención de mejora, de manera constructiva. Clara y concisa, mejor con ejemplos de situaciones concretas. Siempre desde el respeto máximo. Recuérdales que están evaluando comportamientos, y no a la persona. Destaca lo bueno de la individualidad.
- Las personas que muestran sus opiniones deben sentirse libres de opinar siempre que estén enfocadas en el objetivo de hacerle mejorar. Sus opiniones llegarán a través de una canal que las aglutine todas. Hay organizaciones que prefieren externalizar esta recogida y análisis de datos, para garantizar la objetividad.
- Devuelve las opiniones recogidas en una conversación de calidad, previamente concertada con cada persona.
- Termina con un compromiso de mejora, y que la persona pueda incorporar un hábito nuevo en su día a día que le haga sentirse mejor profesional, que contribuya a su desarrollo y conecte con sus valores y propósito.
- No le dejes solo/a. Muéstrale apoyo y estate pendiente de su seguimiento. Felicitándoles por sus progreso. Recuerda, convocar frecuentes conversaciones de seguimiento.
Con esta sencilla herramienta, dotarás a tu equipo de un mayor compromiso y una mayor autonomía, haciéndoles sentirse más satisfechos por sus logros, repercutiendo así en mejores resultados para todo el equipo, y por consecuencia, para la organización.
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