Seguro que como líder te has enfrentado a momentos complicados
¿Cómo ha reaccionado tu equipo en esos momentos difíciles?, ¿Cómo lo habéis afrontado?
Las emociones se contagian
Cuando los resultados económicos no acompañan, cuando se retrasan los proyectos y/o cuando se pierden clientes, etc. son ejemplos de situaciones complicadas por las que los equipos de trabajo pasan. En estos casos, el equipo se encuentra inmerso en un ambiente de preocupación, nervios y miedo. Y el estrés corre como la pólvora.
Efectivamente, se ha comprobado que el estrés se expande como el wifi- como diría mi amigo Jorgé Solá. Según el Colegio Oficial de Psicólogos, cuando los seres humanos interactuamos dentro del mismo grupo: los estados de ánimo se contagian, por lo que el estrés es un componente del ambiente social y existen «unidades de trabajo tóxicas«.
La primera acción que suele ponerse en marcha para encontrar soluciones ante un reto complejo, es convocar una reunión de urgencia. Gabinetes de crisis, en las que se solicita a los participantes soluciones inmediatas y resultados rápidos.
¿Cómo se desarrollan estas reuniones en un ambiente tan tóxico? Aparecen los silencios ante preguntas, miradas de reojo, tonos de voz elevados para justificar, comportamientos nerviosos, etc. Muy típicos también son los reproches, echar las culpas, y buscar un “cabeza de turco”.
Las personas se sienten señaladas y en algunos casos hasta anuladas. Aspectos todos, que como imagináis, restan cualquier camino para la encontrar una solución todos juntos.
Las 5 disfunciones de Leccioni
Seguramente te suene lo descrito anteriormente. Cuando se dan este tipo de situaciones es que falta confianza entre los miembros del equipo. Primer pilar sobre el que se sustenta el éxito de los equipos.
Leccioni en su libro, «Las 5 disfunciones de un equipo», tras años trabajando con equipos, detecta aquellas barreras o disfunciones que hace que un equipo no crezca ni esté cohesionado.
¿Las conoces? ¿Las recuerdas?. Son las siguientes:
- La ausencia de confianza como primera y principal.
- El miedo al conflicto.
- La falta de compromiso.
- La evitación de responsabilidades.
- La no orientación a resultados.
¿Sabrías cuál de las disfunciones está presente ahora en tu equipo?
Un dato curioso del Liderazgo Sistémico
De sobra, conocemos que los girasoles necesitan del sol para vivir y siempre lo buscan. Pero ¿Sabes qué les pasa a los girasoles en los días nublados? Pues que se miran unos a otros en busca de la energía de cada uno. Y, esto qué aplicación tiene en el liderazgo sistémico… Te lo cuento:
- ¿Qué pasaría si en estos momentos complejos, de incertidumbre en lugar de contagiarnos de miedo y estrés, los equipos actuarán como los girasoles apoyándose unos a otros?
- ¿Y si se utilizaran las reuniones, como un espacio para trasmitir buena energía y fomentar la cooperación?
- ¿Qué acciones podríamos poner en marcha para que el equipo se mantenga unido y fuertes ante las dificultades?
- ¿Qué beneficios obtendríamos de cara al equipo? ¿Y de cara al negocio?
Llegar a ser como campos de girasoles en días nublados, se traduce en ser equipos maduros. Aquellos que afrontan de manera exitosa el conflicto, que debaten de manera abierta, sincera y confiada. Equipos sin miedo a exponer sus puntos de vista, y que cooperan para obtener el bien común. Equipos que entienden que la suma de sus esfuerzos y talentos les dará la solución. Obviamente, para conseguir ser este tipo de equipos requiere tiempo, y un gran trabajo previo, que a la larga aportan grandes resultados.
Para que tu equipo reaccione bien ante la adversidad, se mantenga unido en los momentos complejos y se nutran unos de otros, el equipo debe haber trabajado y superado las cinco disfunciones que plantea Lenccioni.
“Trabajar en equipo no es una virtud, es una elección consciente y voluntaria que surge construyendo lazos de confianza basados en la vulnerabilidad que muestran los integrantes del equipo”. (Patrick Lencioni)
Si quieres llevar a tu equipo a este nuevo escenario, lleno de posibilidades, aumentando el rendimiento y mejorando las relaciones entre ellos, te sugiero que pruebes un proceso de coaching de equipos. Comenzaremos tomando conciencia sobre en qué punto están, haciendo un diagnóstico de tu equipo, para después, marcar con el equipo, un plan de trabajo orientado a la acción, y midiendo los resultados y haciendo seguimiento.
Porque el verdadero valor de las organizaciones, está en las personas, cómo interactúan y se relacionan.
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