El otro día, leyendo el libro “La brújula interior” de Alex Rovira,   casi al final, proponía un ejercicio que nunca antes había realizado. Proponía escribir una carta a tu propia dirección, es decir, dirigida  a uno mismo. Me resultó chocante. Y,  al principio, me quedé bloqueada, pues no sabía qué decirme, ni por dónde empezar.

Pero algo dentro de mí, me impulsó a coger bolígrafo  y papel. Como no sabía que poner, empecé a escribir sin más. A dejarme llevar por lo que mi mano escribía. Sin cuestionar lo que ponía, ni siquiera a pensar si tenía sentido, sólo escribía y escribía.  Las palabras salían solas, una detrás de otra, hasta que puse el punto final. Total tres folios. No sé si son muchos o pocos. En realidad, son los que son.

Una vez terminado, comencé a leer lo que yo misma había escrito para mí. Lo que mi yo verdadero quería decirme.

Y, sorprendida me quedé. Porque años tras, el resultado hubiera sido otro.

El tono era amable, potenciador y positivo. Leía  y re leería, cada una  de las palabras que estaban presentes en el escrito, y estaba atónita. Observaba con detenimiento el vocabulario que utilizaba; felicidad, motivación, capaz, valentía, perseverancia, gratitud. Había reconocimientos, que ponían de relieve las cosas conseguidas, y afirmaba que está en la dirección correcta y conectada con mi propósito. Hablaba de un  futuro cercano y lleno de nuevos proyectos por hacer .También había algún consejo, como que  debía aprender a disfrutar de cada paso del camino y practicar la paciencia, no ser tan auto exigente a veces y salir un poco más hacia esa zona mágica fuera de la zona de confort (Parece que me conoce bien! jejeje).

Me alegró leerme y releerme. Tanto que me lo he guardado  como oro en paño, para épocas en las que me encuentre más baja de energía. Porque es un texto tan motivador!! Son palabras que llegan de mí para MÍ. Desde el corazón a mi corazón. Increíble!

 

De este ejercicio, extraigo las siguientes reflexiones que surgen de la misma manera inconsciente y así los escribo, sin juicios, ni frenos, ni orden:

    • Estoy aquí después de un camino de autodescubrimiento y empoderamiento a través del Coaching. Y, eso, precisamente, es lo que reflejaba.
    • ¿Cómo voy a practicar la paciencia? Buscar ejercicios prácticos
    • Misión de cada día: Valorarme  y disfrutar  cada día a fondo.
    • Me digo “estate atenta a las señales y aprovecha las oportunidades
    • Que amable y cariñoso es mi YO.
    • Continuar “andando”  y “descubriendo” a través de este viaje tan poderoso que es Coaching.
    • Cuando me dejo llevar por el corazón o por la intuición, los mensajes impactan y calan hondo.
    • Gracias, Gracias y Gracias!!!
    • Me comprometo, a dentro de un año a  escribirme otra  carta, con la curiosidad que hoy me despierta de ver que me digo y en que tono.
    • Es una carta llena de AMOR para mi y para mis seres queridos.
    • Un ejercicio para recomendar.

 

 

Asique, si aún no has realizado este ejercicio,  te animo a  ello. Coge lápiz y papel y fluye.  Sin miedo, sin prejuicios y  sin barreras.  ¿No tienes curiosidad para ver qué carta te escribes?  Reservarte un tiempo para  ti y  deja que hable  tu  yo más real.   Cuando hayas acabado, apunta  tus propias  reflexiones.

Si quieres compartirlas  os dejo mi mail hablamos@vanessasanchezcoaching.com me encantara leeros y leerlas.

 

valordeunomismo

Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.