Silencio es la ausencia de sonido, pero siempre comunica.
Silencio para concentrarse. Silencio para observar. Silencio para escuchar.
Silencio no significa que no haya “ruido”, sobre todo ruido interior; preguntas, respuestas, sonidos, colores, imágenes, olores, sensaciones, emociones…
El silencio, ocupa un lugar importante en las sesiones de Coaching.
Puede estar presente antes de comenzar una sesión. El Coach se toma un tiempo en silencio, unos segundos para estar consigo mism@. Un silencio en calma. Respirando. Conectando. Visualizando y visualizándose. Incluso a veces, si el coachee quiere, se le puede invitar a compartir esos momentos previos. Sin hablar, pero cada uno con el fin de prepararse para aportar su mejor versión a la sesión.
Obviamente, está más presente durante la conversación entre ambos. En esa actitud curiosa y de búsqueda continua, el Coach, explora y provoca esos silencios… significa que siempre espera más y más del cliente. Ese silencio, le invita a la introspección y a la reflexión. También los silencios del Coachee, a veces son fruto de la sorpresa ante lo que acaba de “ver”, “descubrir” o “pensar”; otras, aparece como miedos y/o barreras, que ni siquiera le permiten articular palabra. Entre pregunta y respuesta, ese silencio dice mucho.
Para acabar cada sesión, además de agradecer, y valorar, hay silencio para mostrar gratitud, y para pensar cuál va a ser el siguiente paso.
Un silencio más analítico, también aparece post sesión, incluso varios días después, para visualizar, repasar y aprender.
¿Qué presencia tiene el silencio en tu vida? ¿Cuándo fue la última vez que estuviste en silencio contigo mismo?
«Comencé a sentarme a meditar en silencio y
quietud por mi cuenta y riesgo, sin nadie que me
diera algunas nociones básicas o que me acompañara
en el proceso. La simplicidad del método –sentarse,
respirar, acallar los pensamientos…– y, sobre
todo, la simplicidad de su pretensión –reconciliar
al hombre con lo que es– me sedujeron desde el principio.»
(Biografía del Silencio, Pablo D ‘Ors)
Y ¿a ti, te seduce?
Te invito a que lo intentes. Busca un sitio tranquilo y dedícate unos minutos a estar en silencio.
¿Te encuentras cómodo? ¿Qué sientes? ¿Qué te dices? ¿Qué te dice tu cuerpo en silencio?…
Sólo observa, sin juicio.
Es tu momento. Respétate.
«La música no se encuentra en las notas, sino en el silencio entre estas” (W.A.Mozart)
Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.
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