“No controles mi forma de pensar
porque es total y a todos les encanta.
No controles mis vestidos
no controles mis sentidos”
“No controles” (Olé, Olé 1983)
La letra de esta canción, que se hizo tan popular en los ochenta, me inspira para hablar de la necesidad de control. Una de las mayores causas injustificadas de sufrimiento e infelicidad.
Bajo mi punto de vista, vivimos en una continua paradoja. Estamos en un mundo cambiante. La vida es continuo y constante movimiento. Pero, cada uno de nosotros, tendemos a ser resistentes con el cambio. Nos cuesta cambiar de hábitos, de formas de pensar, etc; Y, a la vez, queremos continuamente cambiar y/o controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor, personas y situaciones, según necesitemos o nos convenga.
Cierto y contradictorio a la vez, ¿verdad?
Inquietante.
Cuando las circunstancia que nos rodean no nos gustan o las percibimos como negativas (empleo, desempleo, día de la semana, una enfermedad, una reunión, un examen, la estación del año, cualquier hecho o situación, etc.) ,pensamos que enfureciéndonos, maldiciendo e intentando controlarlas, se arreglan y/o se solucionan. Así estarán bajo control y no se escapará nada.
Cuando las personas que están a nuestro alrededor (familia, amigos, compañeros de trabajo o jefes) no hacen aquello que esperamos, o no dicen lo que queremos oír o no se comportan como pensamos, creemos que supervisándoles continuamente, ordenándoles, dirigiéndoles y controlando lo que dicen o lo que hacen, nuestros deseos se cumplirán.
Pues no. Es falso, es una ilusión. Lo que pedimos o exigimos desde el enfado y el control, nornalmente, nunca sale como esperamos. Y claro, no sólo nos frustra y nos enfada, sino que además termina llevándonos al agobio, el agotamiento, y a la extenuación.
Consumimos muchísimos recursos mentales y físicos, para nada. No tenernos poder para controlar casi nada. Ni mucho menos el sol, la lluvia o el mismísimo futuro…
No.
No es posible.
No lo conoces todo.
No lo sabes todo.
No puedes predecirlo todo.
No puedes controlarlo todo.
A C E P T A.
Todo tiene su propia energía, ritmo y camino.
No te ofusques con querer que todo siga o sea como quieres.
Sólo acepta lo que llega.
Abraza el momento que vives.
Estarás más contento, feliz y con más energía.
Sólo aquello que puedes cambiar eres tú mismo.
Sólo aquello que puedes controlar eres tú mismo.
Si, Si tú.
Tú al que apenas te dedicas tiempo y esfuerzo.
Tú al que ni te observas. Ni te escuchas.
Únicamente puedes modificar lo que hay en ti.
Tu manera de sentir, pensar, y observar lo que te rodea.
Eso si te dará energía.
Eso si te dará más ratos de felicidad.
¿Qué lugar tiene en tu vida la palabra CAMBIO?
¿Cómo afrontas los cambios en tu vida?
¿Qué necesitas para sentirte seguro?
¿Para qué necesitas el control?
¿Qué hay detrás de tu necesidad de control?
¿Cuál es tu relación con el control? Haz un recorrido por las diferentes parcelas de tu vida, y defínelo.
Cuando hablas, en tu lenguaje habitual, ¿lo haces en presente o en futuro? .¿Impones o propones? Obsérvate.
.Cómo resuenan en ti las palabras: ACEPTAR, LIBERTAD, CAMBIO, INCERTIDUMBRE.
¿Dónde las sientes?¿ En qué parte del cuerpo?
A continuación y para despedirme hasta el próximo post.
Una frase maravillosa que me ha dejado impactada.
Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.
Deja tu comentario