Así he estado la semana pasada, de mudanza!
Pero no me he mudado de casa, sino de empleo y profesión. He dejado mi anterior trabajo, y me he lanzado a cumplir mi propósito; hacer del Coaching mi profesión.
He decido, tomar las riendas de mi vida; dar lo mejor de mí y demostrarme que puedo conseguir aquello que me proponga. Desde esta perspectiva, seré más yo. Podré desplegar más mis fortalezas y seguir avanzando por mí, y por las personas (y organizaciones) a las que acompaño y acompañaré en su camino.
No emprendo un nuevo viaje, sino como dice alguien que me conoce muy bien – será otra parte de mi viaje de superación y autoconocimiento personal.
Mudar significa cambiar.
Y eso es, precisamente, lo que he hecho: cambiar de vida.
He mudado de la ceguera, a la luz.
He mudado de los miedos, a la libertad.
He mudado de la estabilidad, a la responsabilidad.
He mudado de la comodidad, a la autodisciplina.
He mudado de la rutina, a lo inesperado.
He mudado de lo controlable, a lo mágico.
He mudado de lo conservador, a lo innovador.
He mudado de lo establecido, a lo creativo.
He mudado de la inmediatez, a la paciencia.
He mudado del ruido exterior, a la calma interior.
Siguiendo con otra metáfora, me siento como la serpiente cuando muda: diferente, nueva y renovada.
Con muchas ganas, confiando en mí como nunca lo había hecho, y en que llegaré a mi destino.
Aunque sé que requiere grandes exigencias, estoy feliz.
Gracias a los míos y su apoyo incondicional, sin ellos no hubiera sido posible.
Inhalo sorpresa, exhalo siempre gratitud.
PD: Foto obtenida de www.desmotivaciones.es. Nadie sabe lo que tiene, hasta que se muda.
Deja tu comentario